El Taller de los Sueños Rotos

Un lugar en el que nunca dejarás de soñar...






"Los que sueñan de día conocen muchas cosas que ignoran los que solamente sueñan de noche" (Poe)


Autora: Catherine Shaw

Argumento: Cambridge, año 1888. Tres profesores de la universidad han sido asesinados misteriosamente cuando investigaban El problema de los tres cuepos, un enigma matemático que Sir Isaac Newton fue el primero en plantear. Vanessa Duncan es una joven institutriz que ha empezado a trabajar recientemente en la ciudad universitaria como maestra de niñas. Gracias a las familias para las que trabaja, tiene la oportunidad de relacionarse con las más privilegiadas mentes matemáticas de la prestigiosa universidad. Además, el momento no podría ser más emocionante: todos se hallan inmersos en la investigación del problema de los tres cuerpos. El rey Óscar de Suecia ha decidido que para su 60 aniversario concederá un sustancial premio a aquel matemático que consiga resolver el problema, que fue planteado por vez primera por Isaac Newton. Sin embargo, todo da un giro inesperado cuando el profesor adjunto de matemáticas, Akers, es encontrado muerto en sus habitaciones de un violento golpe en la nuca y el enamorado de la srta Duncan, otro matemático llamado Weatherburn, es acusado del crimen. Vanessa se verá empujada a una inesperada aventura que la llevará por media Europa en busca del verdadero culpable en una carrera desesperada en contra de la horca. La incógnita Newton es una novela trepidante y de lectura compulsiva que nos transporta a la fascinante Inglaterra victoriana.






Ayer fui al cine de verano a ver Los mundos de Coraline , una película muy a lo Tim Burton (es más, yo pensaba que era él quien la dirigía) cuyo director es Henry Selick, el realizador de Pesadilla antes de Navidad, de Tim Burton (ésta sí).

Para quienes no lo sepan (como yo hasta ayer) la película está basada en Coraline, obra del escritor Neil Gainman.

Coraline es una niña que se muda con sus padres a un viejo caserón, donde descubre una pequeña puerta secreta que conduce a un mundo en el que existe otra versión de su familia y de cuantos la rodean. A primera vista, la realidad paralela es curiosamente parecida a su vida de verdad, aunque mucho mejor; además de que allí todos tienen botones en lugar de ojos. Sin embargo, cuando Coraline descubre que en el otro mundo las cosas no son tan buenas como parecen ser, deberá recurrir a su inteligencia para salir de allí y salvar a sus verdaderos padres.

Lo infantil y lo siniestro se mezclan es esta película, que cabría situarla entre una película de miedo para niños, y una para no tan niños con personajes principales que no pierden la pureza de su lado infantil.

No os la perdáis si os gustan las películas de tipo burtonianas.


A Oneku le gustaba pasear al anochecer por la orilla del mar, cerca de su poblado maorí, en Nueva Zelanda.

Oneku era un cazador valiente, pero también era un muchacho soñador y amante de la soledad. Por eso, cuando sus amigos dormían, Oneku se sentaba a la orilla del mar o en los linderos del bosque a contemplar aquellos bellos paisajes a la luz de la luna.

Una noche, Oneku vio por vez primera a la Dama de la Lluvia, con su vestido de color rosa y su larguísima cabellera de oro, que paseaba por la playa con su hermana, la Dama de la Niebla.

Las dos hermanas caminaban en vueltas en velos de nubes y Oneku se fue en pos de ellas, cautivado por la misteriosa belleza de la Dama de la Lluvia. Cuando llegó a su lado, el joven dijo:

− Me llamo Oneku. ¿Quieres decirme tu nombre, adorable desconocida?

− Soy una hija del Cielo y me llamo “Hine-Pukoho-Rangi” o Dama de la Lluvia; y ésta es mi hermana, la Dama de la Niebla. De noche, cuando hemos terminado nuestro trabajo en el cielo, los dioses nos permiten bajar a la tierra hasta que llega el nuevo día. Y ¿cómo vivís vosotros aquí, Oneku?

Oneku le contó cómo todas las mañanas salía a cazar con sus amigos y lo bello que era escuchar el canto de los pájaros y ver cómo brillan las flores al sol.

Luego, le fue explicando muchas costumbres maoríes: las fiestas de la primavera, las danzas guerreras alrededor del fuego y de las solemnes ceremonias con que el jefe de la tribu casaba a los jóvenes en presencia de sus familiares y amigos.

Fueron acercándose al poblado maorí y Oneku fue mostrando a la Dama de la Lluvia las chozas en que vivían sus amigo y aquélla que habitaba él con su familia…

− ¡Oh! − suspiró la Dama de la Lluvia −. ¡Tiene que ser muy hermoso vivir en la tierra!

Y le habría gustado continuar escuchando a Oneku, pero en aquel momento alboreaba un nuevo día y las dos hermanas subieron a ocupar su puesto en las nubes.

¡Ven esta noche! − suplicó Oneku −. Yo te esperaré a la orilla del mar.

Y, desde entonces, la Dama de la Lluvia bajaba todas las noches a pasear junto al mar con Oneku. El tiempo iba transcurriendo apaciblemente en aquellos paisajes maravillosos y Oneku se enamoró profundamente de la Dama de la Lluvia, pidiéndole una noche que se casara con él.

− Estoy construyendo la cabaña más bella del poblado − decía Oneku, ilusionado −; y la terminaré antes de una semana. Casémonos y seremos felices toda la vida.

− Sería maravilloso, Oneku; pero no es posible − respondió la Dama de la Lluvia−. Los dioses del espacio no aprobarían nuestra boda y, de todos modos, yo no puedo faltar un solo día a mi quehacer en el cielo.

− ¡No importa! − protestó Oneku −. ¡Casémonos y, cada mañana, tú podrás cumplir puntualmente tus obligaciones en el cielo: yo no haré nada para impedírtelo!

La Dama de la Lluvia estaba también enamorada de Oneku y, al fin, aceptó.

Cuando Oneku terminó su cabaña, se celebró la boda del joven con la bellísima Dama de la Lluvia. Fue una ceremonia inolvidable en el poblado maorí, porque, a diferencia de las demás bodas, la de Oneku hubo de celebrarse de noche. La explanada central del poblado estaba iluminada por gran número de antorchas y, después de que el jefe de la tribu casó a los nuevos esposos, los guerreros bailaron alrededor de una gran hoguera una bellísima danza ritual, mientras Oneku recibía las felicitaciones de sus amigos, que quedaron admirados ante la serena y delicada belleza de la Dama de la Lluvia.

El nuevo matrimonio empezó felizmente su nueva vida y, al principio, Oneku respetaba la condición que le había impuesto la Dama de la Lluvia. Y cada día, apenas salía el sol, y cuando los pajarillos del bosque volaban piando entusiasmados, como si persiguiesen a las sombras de la noche, la Dama de la Lluvia regresaba al cielo para cumplir con su deber.

Hasta que un día, Oneku ideó un plan para que su esposa no volviera más al cielo. Sabía que nada conseguiría con sus ruegos, pero también sabía que la Dama de Lluvia conocía la llegada del nuevo día por los rayos del sol que se colaban por las rendijas de la cabaña, al igual que el canto de lo pájaros. Así que, con gran paciencia, fue tapando cuidadosamente hasta las rendijas más leves.

Y, a la mañana siguiente, su esposa durmió varias horas más que lo acostumbrando. Cuando despertó y salió de la cabaña, dijo:

− ¿Qué ha sucedido, Oneku? ¡Ya es de día y no he acudido a mi puesto: los dioses del espacio nos castigarán a los dos! −

− Nada temas, esposa mía − dijo Oneku −: nadie te castigará… ¡Ven, no te vayas!

La Dama de la Lluvia parecía no haber oído las palabras de Oneku y comenzó a andar mirando al sol y cantando una melodía tristísima.

A continuación, sucedió algo sorprendente: mientras lucía un sol esplendoroso, del cielo descendió una pequeña nube que fue envolviendo a la Dama de la Lluvia, hasta que su imagen borrosa fue ascendiendo mientras su canción sonaba más lejana.

Los maoríes habían salido a reunirse con Oneku; pero, unos momentos después, la Dama de la Lluvia desapareció de la vista de todos, como si ella y la nube se hubieran fundido con los rayos del sol.

Oneku se quedó mirando al sol durante mucho tiempo, hasta que sus ojos casi quedaron cegados. Después, regresó a la cabaña y se tendió en su lecho sin comprender apenas cuanto acababa de acontecer.

Durante muchas noches, Oneku esperó pacientemente a la orilla del mar, pero la Dama de la Lluvia ya no volvió más.

Oneku marchó del poblado maorí buscando a su esposa, primero, por todos los lugares de la isla y, después, en otros países del mundo. Pero no pudo hallarla.

Al fin, murió lejos de su país, triste y olvidado de todos; pero dedicando hasta sus últimos pensamiento y palabras a su amada esposa, la Dama de la Lluvia.

Y aquel amor tan grande aplacó a los dioses del espacio, que se apiadaron de Oneku, juzgando que ya había purgado suficientemente su falta. Y, tomando su cuerpo, lo elevaron al cielo transformándolo en un brillante y esplendoroso Arco Iris, reconociendo su matrimonio con la Dama de la Lluvia.

Desde entonces, cuando la lluvia desciende sobre la tierra, a través de los rayos del sol, puede verse a Oneku convertido en un feliz Arco Iris, rodeando a su esposa con un halo de brillantes colores.



Título: Una gran pasión

Autora: Mary Mackey

Argumento: Una gran pasión narra la historia de tres generaciones de mujeres entregadas en cuerpo y alma a la danza y el ballet. La saga comienza en San Petesburgo, en 1911, cuando Natasha Ladanova es admitida en el selecto y riguroso Ballet Imperial Ruso y, gracias a su belleza, talento y tesón, se le augura la máxima gloria como bailarina. Sin embargo, su felicidad quedará sellada de una vez para siempre por el encuentro con Serguei Maximov, un joven bailarín arrogante y ambicioso, del que se enamora y con el cual comparte más de medio siglo de encuentros y desencuentros, de fugaces alegrias y prolongados desengaños. Una intensa pasión que arrastra a Natasha, como en un torbellino, por los más diversos escenarios y circunstancias; pasión que también vivirán su hija Tatiana y su nieta Alysa.



Hace ya muchos, muchos años,
en un reino junto al mar
vivía una doncella a quien puedes conocer
por el nombre de Annabel Lee;
y esta muchacha vivía sin otro pensamiento
que el de amar y ser amada por mi.

Era yo un niño y ella era una niña
en este reino junto al mar;
pero nos amábamos con una amor que era más que amor
-yo y mi Annabel Lee-;
con un amor que los ángeles del cielo
envidiaban a ella y a mi.
Esta es la razón por la cual, hace muchos años,
en este reino junto al mar,
el viento sopló desde una nube, helando
a mi hermosa Annabel Lee;
entonces parientes ilustres vinieron
para llevarla lejos de mí,
y encerrarla en un sepulcro
en este reino junto al mar.

Los ángeles, no tan felices en el cielo,
nos envidiaron a ella y a mí.
-¡Sí!- Esa fue la razón (como todos los hombres lo saben
en este reino junto al mar)
por la cual el viento salió de una nube una noche,
para helar y matar a mi Annabel Lee.

Pero nuestro amor era mucho más fuerte
que el de aquellos mayores que nosotros
-que el de muchos más sabios que nosotros-,
y ni siquiera los ángeles sobre el cielo
ni los demonios en el fondo del mar,
podrán separar mi alma del alma
de mi hermosa Annabel Lee.

Porque la luna blanca nunca asciende sin traerme sueños
de la hermosa Annabel Lee;
y las estrellas nunca se descubren sin que sienta los ojos
de la hermosa Annabel Lee.
Y así, toda la noche reposo al lado
de mi querida -mi querida- mi vida, mi esposa,
en el sepulcro junto al mar,
en su tumba junto al arrullo del mar.


Edgar Allan Poe

Hay tres cosas de las que estoy
completamente segura.
Primera, Edward
es un vampiro.
Segunda, una parte de él
se muere por
beber mi sangre.
Y tercera,
estoy total y perdidamente

enamorada de él.

Ése es el fragmento que leí hace dos años, en la contraportada de un libro negro que llamó mi atención. Así que decidí comprármelo, pues no sé exactamente por qué pero siempre me han atraído las historias de vampiros, y más si tratan sobre un amor prohibido entre uno de ellos y una humana. El argumento era el siguiente:

Isabella Swan, Bella, es una chica de 17 años que decide mudarse a Forks, un apartado y lluvioso pueblo, para vivir con su padre. Allí es donde conoce al misterioso Edward Cullen, aparentemente un adolescente solitario del cual comienza ha sentirse atraída. Pero con el tiempo Bella descubre el secreto Edward y su familia: todos ellos son vampiros. Sin embargo, ellos no son la clase de vampiros que supondrán un problema para la vida de la joven…

Recuerdo que leí el libro enseguida; aun así nunca pensé que Crepúsculo puediera llegar a ser el fenómeno literário que es hoy en día. Supongo que la inusual historia de amor creada por Sthephenie Meyer llegó a cautivar a millones de personas, al igual que a mí.

Por ello, inmediatamente me compré Luna nueva, el segundo volumen de la saga, pues estaba deseando saber cómo continuaría la historia.


En él, tras el fatídico accidente ocurrido en el décimo octavo cumpleaños de Bella, Edward toma la decisión de abandonar a la joven, pues piensa que su vida se mantendrá a salvo si se mantiene alejada de él. Así, la soledad y la tristeza inunda la vida de Bella, quien debe aprender a vivir sin Edward, apoyándose en su amigo, el joven Jacob Black. Pero Bella no puede olvidar a su amor, a la vez que aparecen los Vulturis, unos extraños vampiros muy distintos de los pacíficos Cullen…

El libro, al igual que el anterior, volví a leerlo casi sin darme cuenta. Aunque he de confesar que no es el que más me gusta de la saga, debido a que es en el que Edward menos aparece. Con la aparición de los Vulturis y la revelación de la verdadera naturaleza de Jacob, así como la relación que empieza a surgir entre éste y Bella, se inicia la trama que se desarrollará en el siguiente volumen.

En el tercer volumen de la saga, Eclipse, Bella se encuentra de nuevo en peligro: una serie de misteriosos asesinatos está sembrando el pánico en la localidad y Victoria anda tras ella, sedienta de venganza. Además, tendrá que elegir entre su amor por Edward y su amistad con Jacob, consciente de que su decisión podrá desencadenar definitivamente la guerra entre vampiros y hombres lobo. Mientras, se va acercando su graduación y tendrá una decisión más que tomar: vida o muerte. Pero, ¿cuál es cuál?

En este libro (el que más me gusta después de Crepúsculo) la acción aumenta con la batalla final, además de la dirección que va tomando la relación de Edward y Bella con la actitud de Jacob Black, quien no duda en luchar por su amor por Bella.


El cuarto y último volumen es Amanecer, el cual se haya dividido en tres partes. En él, es Bella la que debe encontrar la forma de salvar a sus seres queridos de los Vulturis, la familia más antigua y poderosa de vampiros que existe.

Amanecer es un libro que sorprende, pues en él ocurren cosas que no se esperaban que pudieran suceder. Con el concluye la historia de amor jamás antes contada entre un vampiro y una…¿humana?

En fin, supongo que pocos serán ya lo que no hayan leído estos libros; sin embargo animo a aquéllos que aún no lo hayan hecho, pues aunque hayáis visto la película, los libros son siempre mil veces mejores; y más éstos, pues he deconfesar que es una de mis sagas literarias favoritas.



Hace unos días, cuando estaba con unas amigas surgió la conversación sobre los libros que habíamos leído, y sobre el hecho de que es una lástima que sólo los best sellers sean los libros a los que se les da publicidad. Se me ocurrió entonces la idea de que mi blog podría servir para informar sobre los libros que leído (sobretodo los que no son muy conocidos), para que así la gente pueda alguna referencia sobre ellos y, con ello, saber que existen. Espero que os animéis a leer alguno de ellos.


Os dejo aquí una cita y un proverbio que me contaron una vez:

El libro es una voz viviente. Es una inteligencia que nos habla y escuchamos.
Samuel Smiles

Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
Proverbio Hindú


Unos dicen que el mundo sucumbirá en el fuego,
otros dicen que en hielo.
Por lo que yo he probado del deseo
estoy con los que apuestan por el fuego.
Pero si por dos veces el mundo pereciera
creo que conozco lo bastante el odio
para decir que, en cuanto a destrucción,
también el hielo es grande
y suficiente.

Robert Frost

Ayer día 7 de julio tuvo lugar el último adiós a Michael Jackson. Al homenaje que se le rindió al Rey del Pop acudieron miles de fans, familiares, actores, cantantes, deportistas y artistas; además de los millones de personas en todo el mundo que seguimos el evento desde nuestros hogares. Y es que, Michael tuvo el privilegio de ser una persona conocida y admirada en todos los países por sus canciones y sus extraordinarios pasos de baile, como era su “moonwalk”. Así, a pesar de sus excentricidades, él siempre será recordado por nosotros como el gran cantante, compositor y bailarín que era. Pues aunque ya no esté aquí con nosotros para seguir deleitándonos con sus conciertos, tal y como era su objetivo, siempre nos quedará su música; porque él no está muerto: él vive en su música.



Michael Jackson, The King of the Pop

29 de agosto de 1958 – 25 de junio de 2009


Sgeun un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, no ipmotra el odren en el que las ltears etsan ersciats, la uicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la utlima ltera esetn ecsritas en la psiocion cocrrtea. El rsteo peuden etsar ttaolmntee mal y aun asi pordas lerelo sin pobrleams. Etso es pquore no lemeos cada ltera por si msima, snio la paalbra en un tdoo.

Pesornamelnte me preace icrneilbe...¿Que opnian ?


I
Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,

tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”
II
¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.
III
Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos.Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”
IV
Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora,
en verdad vuestro perdón imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.
”Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

V
Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

VI
Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!

VII
De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

VIII
Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

IX
Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;

aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”
X
Mas el cuervo, posado solitario en el sereno busto

las palabras pronunció, como vertiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”
XI
Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de “Nunca, nunca más.”
XII
Mas el cuervo arrancó todavía

de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir graznando: “Nunca más.”

XIII
En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,

con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojína
cariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!
XIV
Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”
XV
“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”

Y el cuervo dijo: “Nunca más.”
XVI
“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!
”Y el cuervo dijo: “Nunca más.”
XVII
“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida

pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón

y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”
XVIII
Y el cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
En el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!

Edgar Allan Poe



Un joven jardinero persa dice a su príncipe:

-¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahán.

El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:

-Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?

-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahán esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahán.

Jean Cocteau

Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades de los hombres en un lugar de la Tierra. Cuando el ABURRIMIENTO reclamó por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso:


-¿Vamos a jugar a las escondidas?

La INTRIGA levantó la ceja intrigada, y la CURIOSIDAD, sin poder contenerse, preguntó:

- ¿Escondidas? ¿Cómo es eso?

-Es un juego, explicó la LOCURA, en el que yo cierro los ojos y comienzo a contar de uno a un millón, mientras ustedes se esconden, y cuando termine de contar, el primero de ustedes que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.

El ENTUSIASMO danzó seguido por la EUFORIA. La ALEGRÍA dio tantos saltos que terminó por convencer a la DUDA y también a la APATÍA, que nunca se interesaba por nada.

Pero no todos quisieron participar: la VERDAD prefirió no esconderse; ¿para qué, si al final todos la encontraban? La SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le incomodaba era que la idea no hubiese sido de ella), y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse.


-Uno, dos, tres, cuatro- comenzó a contar la LOCURA.


La primera en esconderse fue la PRISA, que como siempre cayó tras la primera piedra del camino.

La FE subió al cielo, y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había conseguido subir a la copa del árbol más alto.


La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse, porque cada lugar que encontraba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: si un lago cristalino, ideal para la BELLEZA; si era la copa de un árbol, perfecto para la TIMIDEZ; si era el vuelo de una paloma, lo mejor para la VOLUNTAD; si era una ráfaga de viento, magnífico para la LIBERTAD. Así terminó escondiéndose en un rayo de sol.


El EGOÍSMO, al contrario, encontró un lugar muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo, pero sólo para él. La MENTIRA se escondió en el fondo del océano (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris) y la PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes. El OLVIDO, no sabemos donde se escondió, pero eso no es lo más importante.

Cuando la LOCURA estaba ya por el número 999.999, el AMOR todavía no había encontrado un lugar para esconderse, pues todos estaban ya ocupados, hasta que encontró un rosal y, cariñosamente, decidió esconderse entre sus flores.


-Un millón, contó la LOCURA y comenzó la búsqueda.

La primera en aparecer fue la PEREZA, apenas a tres pasos de una piedra. Después escuchó a la FE discutiendo con Dios, sobre zoología, en el cielo. Sintió vibrar la PASIÓN y el DESEO en los volcanes. En un descuido, encontró a la ENVIDIA, y claro, pudo deducir dónde estaba el TRIUNFO.


Al EGOÍSMO, no tuvo que buscarlo; él solo salió disparado de su escondite que en verdad era un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al aproximarse a un lago, descubrió a la BELLEZA. La DUDA fue más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre un cerco sin decidir de qué lado esconderse.

Y así fue encontrando a todos: al TALENTO entre la hierba fresca, a la ANGUSTIA en una oscura cueva, la MENTIRA detrás del arco iris (mentira, estaba en el fondo del océano) y hasta al OLVIDO, quién ya había olvidado que estaba jugando a las escondidas.

Pero el AMOR no aparecía por ningún sitio. La LOCURA lo buscó detrás de cada árbol, debajo de cada roca del planeta y encima de las montañas. Cuando estaba a punto de darse por vencida, encontró un rosal. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando en el mismo momento se escuchó un grito doloroso. Las espinas habían herido al AMOR en los ojos. La LOCURA no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, rezó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su guía.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la Tierra:

El AMOR es ciego y la LOCURA siempre lo acompaña.






Últimamente me ha estado rondando por la cabeza la idea de hacer mi propio blog. Y es que, aunque no soy una persona que suela escribir, he de confesaros que una de mis grandes pasiones es la lectura; sí, se podría decir que adoro leer. Por eso he decido crear este blog en el que intentaré, poco a poco, plasmar mis sentimientos en mis escritos; lo cual creo que me ayudará para desarrollar mi creatividad en el arte de escribir.

Pero ésa no es la única finalidad de este blog. Además de ello, publicaré en el blog todo lo relacionado con mi mundo: leyendas, poemas, poesías, música, manga, pintura… en definitiva, un sinfín de cosas que adoro, que forman parte de mi vida y que espero poder compartirlas con todas aquellas personas que tengan gustos afines a los mios. Deseadme suerte con el blog, pues quiero que tenga una larga vida.


¡Espero veros por aquí a menudo! Un saludo.






Vuelve pronto de tu larga travesía, ¡te espero!

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El primer premio del blog ¡Gracias Elizabetha y Damned!

Premio a la amistad, ¡gracias Damned!

¡Gracias Faylinn!

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.*. Que tengas dulces sueños .*.